El Espejo principal

jueves, 28 de marzo de 2013

Uruguay: tres noticias

Por Julio A. Louis



Una nueva vuelta de tuerca negativa (¿definitiva?) ha sido la resolución de la Suprema Corte de Justicia que ha encontrado inconstitucionales las recientes leyes aprobadas por la mayoría frenteamplista en las Cámaras, que ajustaban la legislación uruguaya a las indicaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que se había pronunciado -a raíz de la apelación del poeta Gelman- promoviendo las investigaciones de los crímenes de lesa humanidad. Otra vez se pone al país en el banquillo de los acusados por no respetar las resoluciones de organismos internacionales a los que ha adherido. Ya, con festejos de los centros militares y ¡declaraciones a la prensa!, de uno de los victimarios del Plan Cóndor (el “Pajarito” Silveira, condenado por 28 homicidios), se anuncia que será liberado el policía encarcelado por el asesinato del maestro Julio Castro, cuyos restos fueron hallados recientemente. La razón es que los crímenes no serían de lesa humanidad y habrían prescripto. Pocos días antes fue “ascendida” y apartada la jueza Mariana Motta, a cargo de numerosas causas de violaciones de los derechos humanos, blanco de todas las críticas de la oposición, al tiempo que la Suprema Corte encontró inconstitucional también una ley que grava a las grandes propiedades rurales. El Poder Judicial, con apoyo de los círculos reaccionarios militares, de las cámaras empresariales y de los partidos de derecha, traba el moderado accionar del gobierno.



El vicecanciller Roberto Conde, fervoroso partidario del proceso de unidad latinoamericano ha declarado a la prensa: “Lo que sí debo confesar es que tenía una visión más optimista del proceso de integración. El proceso de integración regional está estancado, y ése es un problema estratégico para Uruguay. El estancamiento de la integración compromete el desarrollo del Uruguay, es un problema grave.”



El retorno progresivo del Dr. Tabaré Vázquez, patrocinado por las fuerzas pro-capitalistas del Frente Amplio, y candidato al que se da por hecho que lo será sin que la fuerza política se haya expedido al respecto, comienza a encontrar opositores de izquierda frenteamplista. La lucha recién comienza entre quienes anteponen el candidato, acompañado de un programa lavado que le permita inclinarse al “centro” y quienes sostienen que primero es elaborar el programa para luego designar al candidato acorde con ese programa.



Marzo de 2013

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