Por José Rigane (*)
En un momento histórico
donde la crisis capitalista mundial golpea fuertemente a los trabajadores y a
los pueblos del mundo, con crecimiento del desempleo, la precariedad laboral,
la tercerización y la superexplotación, tenemos la responsabilidad de
fortalecer a las organizaciones sindicales de todo el movimiento obrero. Los
sectores populares y los trabajadores tienen el desafío de crecer en fuerza
organizativa, en iniciativa política y en mayor desarrollo para hacer frente al
avance de la crisis mundial. Es hora de que se afecten las increíbles tasas de
ganancia y la acumulación que sostienen al sistema capitalista. ¡Que la crisis
no la paguen los trabajadores!
Ahora también, está más claro que nunca, que el capital ya no es sólo una amenaza contra nuestra calidad de vida en tanto asalariados, sino que asistimos a una crisis de carácter “civilizatorio”, que atenta a la propia existencia de nuestro planeta. Para el caso argentino, este proceso se sostiene con la consolidación y profundización del modelo extractivo exportador, que no es otra cosa que el saqueo de las empresas transnacionales que explotan salvajemente las riquezas del país y las llevan a otras partes del mundo, obteniendo niveles enormes de rentabilidad a costa de daños irreparables sobre el territorio nacional y sobre el pueblo. Esto produce un enorme avasallamiento sobre la soberanía nacional ya que le quita el poder al pueblo argentino de decidir sobre sus propios bienes comunes, siendo vitales y estratégicos para el desarrollo comunitario de la sociedad. Por eso necesitamos la organización de nuestro pueblo para detenerlos. Y por ese mismo motivo, la Central de los Trabajadores de Argentina tomó la iniciativa nacional y llamó a instalar una “Campaña Nacional por una Consulta Popular en defensa de los bienes comunes”.
Ahora que se pide que la “gente” se reúna y manifieste su bronca y descontento, nosotros, por experiencia histórica, recordamos que sin organización popular y de trabajadores no hay salida posible. Ante distintas "salidas" a la crisis, no hay que ser instrumento de la clase dominante. La construcción de poder propio es lo que nos quieren negar, porque es el único camino que podemos recorrer de forma autónoma, y eso al poder le molesta. ¡Unidad y organización!
Desde la otra cara de la moneda, el Estado argentino (nacional, provincial y de la ciudad de Buenos Aires) avanzó con la Ley Antiterrorista, el espionaje a trabajadores, la represión en aumento, la corrupción que mata y la reforma judicial y su peligroso artículo 17 que atenta contra el derecho a huelga bajo el difuso “interés público”. Estas políticas van de la mano con la precarización laboral, el techo a las paritarias, el fuerte aumento de la inflación que afecta directamente al bolsillo de los sectores populares y el pago de una deuda externa ilegitima y odiosa. Estos son los pilares estructurales e inamovibles del modelo, que hoy nadie discute. Nosotros, como movimiento obrero organizado, tenemos la responsabilidad de instalar estos temas, de imponer una agenda que tenga una directa relación con el día a día que viven millones de trabajadores en el país.
Hoy, en homenaje a los mártires de Chicago y al cumplirse 45 años de la fundación CGT de los Argentinos, exigimos cumplimiento del 82 por ciento móvil, no al Impuesto al salario, que se termine la tercerización y toda modalidad de precarización laboral, planes sociales y jubilaciones igual al Salario Mínimo, Vital y Móvil y garantizar la tan necesitada libertad y democracia sindical.
¡¡¡Feliz
día internacional de los trabajadores!!!
¡¡¡Viva
el 1º de mayo!!!
Mar
del Plata, 1º de mayo de 2013.
*José
Rigane, Secretario Adjunto de la
CTA; Secretario General de la Federación de
Trabajadores de la Energía
de la República
Argentina (FeTERA-CTA).
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