XXVIII Encuentro Nacional de Mujeres
San Juan
2013
Soberanía sobre nuestros cuerpos y territorios
Las organizaciones sociales, políticas, sindicales, populares y feministas abajo firmantes, reunidas en la ciudad de San Juan en el 28° Encuentro Nacional de Mujeres, expresamos nuestro rechazo al saqueo y explotación de los bienes comunes y las consecuencias ambientales que genera y fundamentalmente a las distintas formas de violencia contra las mujeres que implica.
Luchamos por la soberanía
de nuestros territorios
Somos mujeres
latinoamericanas y nuestra identidad se forjó en la Resistencia a la conquista
colonial de nuestros territorios y al saqueo de los bienes comunes de nuestra
tierra. Pasados más de cinco siglos, seguimos enfrentando bajo nuevas formas al
colonialismo y al patriarcado, ahora por el accionar de las corporaciones
transnacionales en la región, que con el apoyo de los gobiernos, saquean y
contaminan los bienes comunes, y continúan el silencioso genocidio de nuestros
pueblos.
Empresas como la Barrick
Gold, Chevron, Monsanto, explotan nuestros suelos, extraen bienes comunes como
el petróleo o los minerales a gran escala, contaminan con cianuro tierras y
aguas, destruyen los glaciares, invaden con transgénicos y agrotóxicos los
territorios dedicados a la agricultura, desarticulan economías regionales,
desplazan comunidades, y reprimen a quienes resisten esta destrucción.
Nos encontramos este
año en la provincia argentina de San Juan y es desde aquí que queremos expresar
nuestra firme oposición al extractivismo a gran escala –del que la Barrick Gold
es uno de los principales exponentes- y denunciar las graves consecuencias que
la aplicación de estos modelos extractivistas producen en nuestros territorios
y particularmente en la vida de las mujeres.
Denunciamos a los
gobiernos que, aprovechándose de la falta de empleo, de los empleos
precarizados o de la subsistencia a partir de planes sociales, hacen hincapié
en las supuestas ventajas competitivas que emprendimientos como la megaminería
traerían aparejados, mientras promueven lógicas individualistas del sálvese
quien pueda en la conciencia de nuestros pueblos y ocultan las graves
consecuencias ambientales y sociales que estos proyectos promueven.
Como parte de las diversas
luchas ambientales que atraviesan nuestro continente y nuestro país, llamamos a
profundizar la batalla contra las políticas de las corporaciones
transnacionales. Éstas promueven hoy un nuevo reparto colonial de
Nuestramérica, saqueando los bienes de la naturaleza, destruyendo el medio ambiente,
contaminando los ríos, deforestando nuestras selvas, buscando el control de las
semillas. Son las nuevas formas del saqueo.
Decimos colonial con especial énfasis. Lejos del
discurso dorado de que esta política nos saca del atraso económico y provee
crecimiento, la realidad es que el extractivismo como columna vertebral de la
actividad económica, coloca a nuestros países en situación de mayor dependencia
y menor soberanía política frente a los países imperialistas, en un nuevo
reparto del mundo que vuelve a colocarnos como proveedores de materias primas y
bienes primarios.
Luchamos por la soberanía
sobre nuestros cuerpos
La conquista colonial
de nuestros territorios fue de la mano de la violación de nuestros cuerpos.
Esto es parte de nuestra identidad, como también lo es la resistencia de las
mujeres de los pueblos originarios que nos antecedieron y que continúa hasta
hoy, invisibilizada por la llamada “civilización” y su apuesta al “desarrollo”
y al “progreso”. Pasaron más de cinco siglos y los nuevos modelos de expropiación de la naturaleza van de la
mano también del control sobre el cuerpo y la vida de las mujeres. La
mercantilización de nuestros territorios y de nuestros bienes naturales comunes
está íntimamente ligada con la concepción de nuestros cuerpos como mercancías.
Tal como lo venimos expresando las mujeres
feministas y de los diferentes movimientos sociales latinoamericanos, la
profundización de las políticas extractivistas no hace más que reforzar el
lugar histórico de opresión de las mujeres. Esta forma de explotación laboral
nos relega a las mujeres a dos “destinos”: al trabajo precarizado y
sobreexplotado y/o al rol de “cuidadoras de la familia”, desarrollando un
trabajo invisibilizado.
Pero también, el desembarco de los
emprendimientos a gran escala como la megaminería, la explotación petrolera o
de los hidrocarburos no convencionales produce una consecuencia más grave.
Estos verdaderos enclaves territoriales en zonas alejadas de las ciudades
constituyen, con la complicidad de un Estado proxeneta, nodos para el consumo
de prostitución cuya demanda se sostiene con la trata y explotación sexual de
mujeres y niñas. De ahí la histórica denuncia de que la ruta del petróleo -pero
también la ruta de la soja y de la megaminería- son las rutas de la
trata y la prostitución.
Este 25 de noviembre –
Día Internacional de Lucha contra todas las formas de Violencia hacia las
mujeres- nos encontrará en San Juan, organizándonos y discutiendo sobre todas
las problemáticas que nos atraviesan. Es en ese marco que reafirmamos nuestro
compromiso con la lucha contra la trata de mujeres y niñas, el sistema
prostituyente, y toda forma de explotación sexual, porque son la expresión más
radical de las violencias de géneros y de la avanzada imperialista sobre nuestros
cuerpos y territorios.
Estas formas de explotación
son negocios millonarios que sostienen y financian gobiernos, se articulan con
el tráfico de armas y drogas y tienen vínculos probados con el Estado, desde el
poder político, la justicia y las fuerzas de seguridad. Se debe abordar como
una problemática transnacional que excede el marco de las fronteras nacionales,
como un asunto urgente a nivel regional y continental. Exigimos al conjunto de
los gobiernos por la aparición con vida de las mujeres desaparecidas por las
redes de trata. Denunciamos las complicidades de las fuerzas de frontera y
todos los niveles gubernamentales y judiciales que permiten el funcionamiento
de whiskerías y prostíbulos.
Rechazamos las violencias de
géneros y nos negamos a que nuestros cuerpos y subjetividades sigan siendo
territorios de disputas del capitalismo patriarcal. Territorio de violaciones,
esterilizaciones, embarazos forzados, trata, violencias de todo tipo,
empobrecimiento, discriminaciones de género, étnicas o etarias. En algunos
países como Haití, México, Honduras, Paraguay y Colombia estos procesos se
sustentan gracias a la militarización que impacta especialmente en la vida de
las mujeres. Basta con analizar los altísimos índices de femicidio, violencia y
trata en estos países.
Por eso decimos basta de
asesinatos de mujeres. ¡Ni una mujer menos, ni una muerta más! Las estadísticas
de femicidios son crecientes y alarmantes, expresión de la falta de políticas
públicas de prevención y de asistencia a las mujeres en situación de violencia.
Luchamos también por el
derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Por ello afirmamos junto a la Campaña
Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de Argentina:
educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal
para no morir. Exigimos el acceso a métodos anticonceptivos y la posibilidad de
intervenir voluntariamente los embarazos no deseados en hospitales públicos. No
se trata solo de despenalizar el aborto sino de avanzar en la legalización del
mismo en todo el continente, para que los Estados garanticen el acceso a los
derechos sexuales y reproductivos y se comprometan en el diseño e
implementación de políticas públicas integrales que permitan la emancipación de
todas las mujeres.
Como parte del
movimiento de mujeres y feminista alertamos sobre el avance continental de
sectores fundamentalistas que vulneran el derecho a decidir libremente sobre
nuestros cuerpos. En ese sentido, desde el movimiento de mujeres
latinoamericano rechazamos enérgicamente las recientes declaraciones del
presidente Rafael Correa a partir de las cuales se hace evidente la connivencia
de los poderes eclesiásticos y políticos. La descolonización de nuestros
territorios y nuestros cuerpos está necesariamente ligada a la construcción de
Estados verdaderamente laicos.
Por todo esto, como
parte del movimiento de mujeres y feminista, del movimiento popular
Nuestroamericano, estamos en pie de lucha. Llevamos con nosotras la honda de
Bartolina y las mujeres de los pueblos originarios, el sable de Juana y las
independentistas, los mitines de Virginia y las anarquistas, la lucha por los
derechos cívicos de Eva, Alicia y las sufragistas, los fusiles de Aleida y
Vilma y las guerrilleras, los debates desafiantes de Domitila y las luchadoras
de la década del 60, los pañuelos blancos de Azucena y las Madres, las llantas
quemadas de Teresa y las piqueteras. Somos ellas, y en cada rincón del
continente nos rebelamos, cuestionamos y avanzamos para erigir un mundo
distinto, con igualdad en la diversidad. Construimos el futuro que soñamos,
donde la liberación de las mujeres vaya de la mano de la emancipación de
nuestros pueblos.
San Juan 2013
Fuente: CTA Género
No hay comentarios:
Publicar un comentario